Era yo, sólo yo.
Una incomprendida soberbia que me aíslo por
incapacidad de la humanidad para comprenderme, y choco, y me enfrento
con la realidad que no la entiendo.
Quiero sentirme libre, o simplemente
lo necesito, traduciéndolo a un modo de vida descuidado, por ende para
la sociedad soy una inadaptada, necesito ser, para sentirme plena, quizá.
Esta incomprensión lleva al rechazo, y al sentirme rechazada, me alejo
aun más.
Pero finalmente llego a una confusión, elimino las formas, y le
doy importancia a lo esencial, y me dejo inspirar, me inspira, me
siento atraída por lo que cada individuo tiene de único, en el fondo de
mis penas y de mis deseos descubro problemas ¿qué somos?¿a donde vamos?y
la muerte... que detienen este transcurso? es un final... o un
principio?
Debido a esta búsqueda interior constante, descuido muchas
veces el mundo que me rodea, busco lugares solitarios para perderme en
meditaciones, y que nadie me perturbe con su presencia.